Truco casero para saber hora que aparece jabalí

Un método rústico pero ingenioso

En el vídeo se detalla un sistema tan simple como curioso. El cazador tensaba al máximo un hilo que conectaba un reloj despertador con una piedra colocada en el cebadero. De esta manera, al mínimo movimiento de la línea, la pila del reloj se soltaba y este se detenía, marcando la hora exacta en la que había ocurrido la acción. Después, solo quedaba preparar el cebadero y esparcir maíz alrededor para atraer a los jabalíes.

Cuando el animal llegaba y movía las piedras al alimentarse, la tensión del hilo provocaba que la pila saltara, parando el reloj en el instante preciso. Esa información resultaba muy útil para calcular el mejor momento de las esperas en jornadas posteriores.

Posibles fallos y cómo corregirlos

El propio autor señalaba un inconveniente: si el jabalí empujaba la piedra desde la parte trasera, la tensión podía perderse y el sistema no se activaba. Para evitarlo, recomendaba colocar una piedra más pesada delante o clavar una varilla que impidiera el empuje en dirección contraria.

Una alternativa más elaborada consistía en doblar una varilla metálica e integrarla en el mecanismo, de modo que cualquier movimiento quedara registrado.

Variantes y adaptaciones

El creador del truco también proponía adaptaciones para distintos tipos de cebaderos, como tubos o garrafas. La idea era atar un alambre al recipiente y conectarlo al reloj. Cuando el jabalí empujaba el contenedor, se producía el mismo efecto: la pila saltaba y quedaba registrada la hora. Eso sí, aconsejaba dejar un tramo de línea más largo que el radio de movimiento de la garrafa, para evitar golpes directos sobre el reloj que pudieran estropearlo.

Limitaciones frente a la tecnología actual

Aunque ingenioso, este método casero tenía sus debilidades. Los relojes, diseñados para interiores, se dañaban con facilidad por la humedad, la lluvia o el frío. Además, podía activarse por la presencia de otros animales distintos al jabalí o generar dudas sobre si la pila había saltado de día o de noche.

Hoy en día, estas carencias han quedado superadas gracias a las cámaras trampa, que no solo registran imágenes y vídeos con la hora exacta, sino que incluso permiten enviar el contenido en tiempo real al teléfono del cazador.